martes, 2 de junio de 2015

Saber cuándo ausentarnos


Y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él”.
Juan 11.15
Así como es necesario en algunas situaciones estar y que estén con nosotros, también es beneficioso en otras no estar y que no estén a nuestro lado.

Jesús dice que se alegra de no haber estado allí, y que se alegra no por Él sino por ellos, para que su ausencia aumente su fe y les permita crecer.

Para crecer y hacer crecer a los demás, hay momentos en los que es imprescindible ausentarse. 

Es tan negativo tener padres que están siempre ausentes, como tener padres que están siempre presentes.

Es tan negativo tener pastores y líderes que están siempre ausentes, como tener pastores y líderes que están siempre presentes.

Porque la presencia en algunos casos dificulta la madurez e impide el desarrollo personal de nuestros hijos y nuestros discípulos.

La soledad en algunas ocasiones nos permite creer más en Dios y aferrarnos a Él, y también nos da la posibilidad de madurar al valernos por nosotros mismos.

El ausentarnos en determinados momentos demuestra que creemos en la otra persona y en sus capacidades y, también, cuando alguien se ausenta, que él cree en nosotros.

Por favor, discerní cuándo debés estar y cuándo debés ausentarte para no ser de tropiezo y estorbar el desarrollo de los demás.

Padres que si hubieran sabido ausentarse en su momento, sus hijos hoy serían mucho más maduros y estarían mejor equipados para enfrentar la vida.

Pastores que si hubieran sabido ausentarse en su momento, hoy tendrían líderes en su congregación y no solamente personas dependientes de ellos.

También aprendé a abstenerte en determinadas situaciones de recurrir a otros para poder aferrarte más a Dios y desarrollar mejor tus capacidades.

Yo bendigo tu vida para que Dios te dé la sabiduría para saber cuándo ausentarte y de esta manera desarrollar a los que Él ha puesto a tu cuidado.

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