Lectura: Juan 10:1-4
Y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. -Juan 10:3
Cuando íbamos a una iglesia grande, aprendimos cosas nuevas, nos unimos a un maravilloso grupito, y disfrutábamos de la música llena de alabanza y adoración. Pero durante mucho tiempo no me di cuenta de que algo me hacía falta -el pastor no tenía idea de quién era yo. Debido a los miles que asistían a los servicios, entendí que sería imposible para él conocer a cada persona por nombre.
Luego, cuando comenzamos a asistir a una iglesia mucho más pequeńa, recibí una nota de bienvenida escrita a mano de parte del pastor. Después de unas cuantas semanas, el Pastor Josh me estaba llamando por mi nombre y conversaba conmigo acerca de mi reciente operación. Era agradable que me reconocieran de manera personal. Todos nosotros tenemos un deseo de que se nos conozca -especialmente, que nos conozca Dios.
Una canción de Tommy Walker, «He knows my name» («Él sabe mi nombre»), nos recuerda que Dios conoce cada uno de nuestros pensamientos, ve cada lágrima que cae, y nos escucha cuando clamamos. Leemos en el Evangelio de Juan: «Y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre . . . . Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejas» (Jn. 10:3, 14).
Para Aquel que hizo los cielos y la tierra, conocer a unos cuantos miles de millones de personas no es problema alguno. Dios te ama inmensamente (Jn. 3:16), piensa en ti todo el tiempo (Sal. 139:17-18), y sabe tu nombre (Jn. 10:3). -CHK
No hay cristiano anónimo para Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario