Cuando el caminar parezca pedregoso y difícil.
Cuando las ofensas traten de herirte.
Cuando las palabras no salgan, y no puedas hablar.
Cuando todos te condenen.Recuerda: Dios está contigo.
Cuando la inseguridad te agobie.
Cuando el dolor y la amargura te invadan.
Cuando parezca que te han abandonado.
Cuando la enfermedad se vuelva agresiva.
Recuerda: Dios está contigo.
Cuando seas perseguido y humillado.
Cuando prediques la Palabra y creas que no la han recibido.
Cuando el caminar parezca doloroso.Recuerda: Dios está contigo.
Cuando hablen mal de ti.Cuando te sientas débil.
Cuando te sientas solo.Cuando digas:" No puedo más"
¡Sí puedes.....porque Dios está contigo!
LA GRATITUD EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES Dar gracias a Dios todos los días por las infinitas bendiciones que nos ofrece, nos abre el camino para que nos lleguen más bendiciones. Cuando nos sentimos agradecidos por nuestras experiencias pasadas y presentes, transcendemos los juicios de lo que consideramos que está bien o mal. Pasamos de ser víctimas a ser conscientes de nuestro poder de elección. Podemos elegir agradecer las oportunidades que nos ofrece la vida de aprender y avanzar o podemos simplemente quejarnos de lo que nos ha tocado vivir. Cuando agradecemos lo que nos sucede, le estamos diciendo: ¡Sí a la vida! Sí, estoy dispuesto a aprender las lecciones que necesito aprender, ya sean de relaciones, laborales, de salud, económicas o profesionales. Sin embargo, agradecer lo que aparentemente puede parecer un desastre es mucho más difícil que sentir agradecimiento cuando todo nos va sobre ruedas. Agradecer no implica negar el dolor, pero cuando transcendemos el dolor, la rabia, etc…, agradeciendo en medio de la situación que nos ha tocado vivir, nos abrimos a las infinitas posibilidades que nos brinda la vida de avanzar hacia más felicidad y más plenitud.
Muchas personas han declarado que después de sufrir desengaños, pérdidas, enfermedades, incluso vivencias tremendamente traumáticas, se han sentido agradecidos por las experiencias que les han aportado: La pérdida de un ser querido les ofreció la oportunidad de valorar a los personas que aún estaban a su lado, de agradecer los momentos vividos junto a la persona que falleció y a ser más amorosos y tolerantes con los demás. Las dificultades económicas les ofreció la oportunidad de apreciar lo que ya tenían y a emplear sus recursos personales yacentes, para crear más prosperidad y abundancia en su vida.
Una enfermedad les ayudó a sanar su relación con el pasado, a perdonar, liberándolos del enorme peso del resentimiento.
El traslado a otra ciudad, les ayudó a expandir sus horizontes, conocer a otras personas y a superar limitaciones que quizás no hubiesen logrado quedándose en su ciudad.
Un problema laboral, les empujó a salir a buscar otro puesto más satisfactorio a nivel creativo y económico.
Agradecer a Dios en medio de todo lo que estamos viviendo en el presente, aunque momentáneamente no veamos el porqué de una situación dolorosa, nos da el poder y la energía necesaria para realizar cambios positivos. Nos ofrece la oportunidad de crecer y de avanzar en todos los aspectos de nuestra vida.
Si nos quedamos en el victimismo, quejándonos de nuestra mala suerte, perdemos la oportunidad de sacar todo nuestro potencial a la luz…nuestra creatividad, nuestros talentos, nuestros recursos internos, nuestro ser.
Cuando nos ocurre algo que no entendemos, podemos preguntarnos: ¿Qué necesito aprender de esta situación?
¿Qué lecciones esconde este acontecimiento?
¿Cómo puedo mejorar mi vida y la de los que me rodean? ¿Qué lecciones esconde este acontecimiento?
Siempre podemos elegir. El momento de poder está siempre en el presente y es sólo transcendiendo lo aparentemente nefasto que podemos cambiar el futuro. Es en el presente que creamos nuestro futuro. Toma tu presente y actúa: Agradece a Dios la oportunidad que te ofrece de aprender y alcanzar tus sueños. Autor Desconocido
Dios siempre espera que seamos agradecidos en todo momento, ya sea uno bueno o malo, porque aprendemos de todo lo vivido y es bueno reconocer que nos falta, que estamos creciendo y somos instruidos de todo lo vivido, porque El tiene un propósito con lo que nos sucede, así que nada de renegar, maldecir y sigamos con gozo viviendo cada experiencia para que podamos ayudar a quienes viven algo semejante, porque así daremos un buen consejo y eso nos hará mas sabios.
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