Cada día resulta más fácil comunicarse con los hombres;
pero, ¿y con Dios?. Aquí tienes algunas ideas para llamarle y contar con Él, cuando desees:- Una conversación telefónica con Dios no es un monólogo. No hables sin parar, escucha al que habla al otro lado.
- Si la conversación se interrumpe, comprueba si has sido tú el causante del corte.- No adoptes la costumbre de llamar sólo en casos de urgencia. Eso no es trato de amigos.
- No seas tacaño. No llames sólo a las horas de "tarifa reducida", es decir, cuando toca o en fines de semana.
Una llamada breve en cualquier momento del día sería ideal.- Las llamadas son gratuitas y no pagan impuestos.
- No olvides decirle a Dios que te deje en el contestador todos los mensajes que quiera y cuando quiera.
- Toma nota de las indicaciones que Él te diga para que no las eches en olvido.
- Si a pesar del cumplimiento de estas reglas la comunicación se torna difícil, dirígete con toda confianza a las oficinas del Espíritu Santo. Él restablecerá la comunicación.
- Si tu teléfono no funciona, llévalo al taller de reparación que lleva por nombre "Sacramento del Perdón".
Allí todas las reparaciones son gratuitas y tienen una garantía de por vida. Que Dios te cuide, te proteja y te guarde en la palma de su mano, siempre!

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