sábado, 1 de mayo de 2010

MES DE MAYO MES MARIANO

Queridos hermanos en Cristo y María:




El rosario diario es la escuela de santidad y mística de la Virgen María, la más grande santa y la más grande mística. Si perseveran en el rosario diario -la modalidad de este sublime curso de un mes-, esta escuela los llevará a alcanzar una semejanza en la heroicidad de las virtudes de la Virgen, al comunicarnos Ella por obra del Espíritu una participación en su relación con Dios, su vida insuperable de oración.



El rosario diario es rezar como lo hacía la Virgen, esto es, contemplando cotidianamente el misterio de Cristo, y entretejiendo esta contemplación en una súplica incesante. Nosotros tomaremos una parte en su oración a través del rosario diario, y de un modo admirable lo haremos no sólo como Ella, sino en Ella, porque la maravilla más profunda del rosario diario consiste en rezar en el Corazón Inmaculado de la Virgen, en una unión misteriosa con Ella, y en Ella, con su Divino Hijo, nuestro Señor y Salvador, nuestro Dios.



Hoy abriremos este curso intensivo de un mes -que confiamos que sea el primer paso de muchos a lo largo de la vida acompañados del rosal de María-, mediante una meditación de San Bernardo, gran santo porque fue un gran devoto de la Virgen, y gran sabio Doctor de la Iglesia. Dice este doctor insigne así:



«Porque, ¿qué idea se formaría antes el hombre de Dios? ¿No se lo representaba en su corazón bajo la forma de un ídolo?



Incomprensible era, e inaccesible, invisible y superior a toda humana inteligencia. Mas ahora quiso ser comprendido, quiso ser visto, quiso que pudiésemos pensar en Él. ¿Y de qué modo?



Echado en el pesebre, reposando en el regazo virginal, predicando en el monte, pernoctando en la oración, o bien pendiente de la cruz, palideciendo en la muerte, libre entre los muertos y mandando en el infierno, o también resucitando al tercer día, mostrando las hendiduras de los clavos, las insignias de su victoria, subiendo a lo más alto de los cielos.



¿Qué cosa de estas no se pensará verdadera, piadosa y santamente? En cualquiera de estas cosas que yo piense, pienso en mi Dios, y en todas estas cosas Él es mi Dios. El meditar estos misterios lo llamé sabiduría, y juzgué prudencia el refrescar la memoria con la suavidad de estos dulces frutos, que produjo copiosamente la vara sacerdotal, que María fue a coger en las alturas, para difundirlos en nosotros con la mayor abundancia.»



(San Bernardo, de Las grandezas incomparables de María, capítulo VI.)





Dice el santo que «el meditar estos misterios lo llamé sabiduría»... ¡y todos estos son los misterios del Santísimo Rosario! Cada día que rezo el rosario, pienso en Dios, y pienso en Dios como Dios quiere que piense en Él. Pienso en Dios como María pensaba en Él (Lc 2, 19.51b) , y mejor, pienso en Dios a través de María, el modo más perfecto de pensar en Dios, en María y por María, pues nadie penetra en el misterio divino como María.



Queridos hermanos, a través del rosario diario, estaremos diariamente pensando en nuestro Dios, y lo haremos del modo más perfecto: como lo hacía María. Por eso, el rosario es la más perfecta de las oraciones, e insustituible en la vida de todo cristiano que desea alcanzar la perfección y la santidad, ya que como veremos en los próximos mensajes que les enviaremos, la Iglesia y los Papas lo han pedido insistentemente, la Virgen también a través de sus incontables apariciones, y el testimonio de los innumerables santos que hallaron en el rosario diario su itinerario de santidad.



Que Dios los bendiga abundantemente por María a través del rezo diario del rosario en Mayo.

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