¡Aleluya! Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra : la posteridad de los justos es bendecida.
Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre.
No tendrá que temer malas noticias : su corazón está firme, confiado en el Señor.
Su ánimo está seguro, y no temerá, hasta que vea la derrota de sus enemigos.
El da abundantemente a los pobres : su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario