Navidad es luz, es esplendor. ¡Es el inicio del Reino! Esa gran luz que brilló con el Divino Niño es mucho mayor que la de los supermercados y papanoeles. Si el columnista Pedro Pierre no entendió esto, pues puede abandonar su columna y dedicarse a otra cosa. Además, en Belén brilló también la estrella misteriosa, brillaron los rostros de pastores y de magos, brillaron, más que todo, los ojos enternecidos de María y de José. Navidad y luz van juntas. Pero Pedro Pierre se indigna porque “la Navidad nos ha llenado de luces por todas partes”. Esas luces deforman el sentido de la Navidad, pero son aún un eco remoto que nos la recuerda. Al menos a los católicos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario