lunes, 23 de mayo de 2016

"Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás;

 
"Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra." Salmo 138: 7. Desdichado es andar en medio de la angustia. No, es un bendito andar, puesto que hay una promesa especial para ese andar. Si cuento con una promesa, entonces, ¿cuál es el problema? ¿Qué es lo que aquí me enseña el Señor? Pues me enseña esto:"Tú me vivificarás." Tendré más vida, más energía, más fe. ¿Acaso no sucede con frecuencia que la angustia nos vivifica como una bocanada de aire fresco, cuando uno está a punto de desfallecer? ¡Cuán airados están mis enemigos y especialmente el archienemigo! ¿Extenderé mi mano para luchar con mis enemigos? No, mi mano está mejor empleada cuando sirve a mi Señor. Además, no tengo necesidad de extenderla, pues el Señor usará Su brazo que tiene largo alcance, y Él tratará con mis enemigos mucho mejor de lo que yo lo haría si lo intentara."Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor." Él me salvará con Su propia diestra de poder y sabiduría, ¿y qué más podría desear? Vamos, corazón mío, repite para ti mismo esta promesa hasta que puedas usarla como el himno de tu confianza y el solaz de tu soledad. Pide para que tú mismo seas vivificado, y dejes todo lo demás al Señor, que hace todo por ti. La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román 

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